lunes, 21 de mayo de 2007

Diario de un Perro...



Aqui les dejo "Diario de un perro" que la saque de un Space-Amigo , a mi particularmente me llego mucho...


Semana 1:
Hoy cumplí una semana de nacido, ¡Qué alegría haber
llegado a este mundo!

Mes 01:
Mi mamá me cuida muy bien. Es una mamá ejemplar.

Mes 02:
Hoy me separaron de mi mamá. Ella estaba muy inquieta, y
con sus ojos me dijo adiós. Esperando que mi nueva "familia
humana" me cuidara tan
bien como ella lo había hecho...









Mes 04:
He crecido rápido; todo me llama la atención. Hay varios
niños en
la casa que para mí son como "hermanitos". Somos muy inquietos,
ellos me jalan la cola y yo les muerdo jugando.

Mes 05:
Hoy me regañaron. Mi ama se
molestó porque me hice
"pipí" adentro de la casa; pero nunca me habían dicho dónde
debo hacerlo...Además duermo en la recámara... ¡y ya no me aguantaba!

Mes 06:
Soy un perro feliz. Tengo el calor de un hogar; me siento tan seguro, tan
protegido. Creo que
mi familia humana me quiere y me consiente mucho. Cuando están comiendo me
convidan.
El patio es para mi solito y me doy vuelo escarbando como mis antepasados
los lobos, cuando esconden la comida. Nunca me educan. Ha de estar bien todo
lo que hago.

Mes 12:
Hoy cumplí un año. Soy un perro adulto. Mis amos dicen que crecí más de lo
que ellos pensaban. Que orgullosos se deben de sentir de mí.

Mes 13:
Qué mal me sentí hoy. "Mi hermanito" me quitó la pelota. Yo nunca agarro sus
juguetes. Así que se la quité. Pero mis mandíbulas se han hecho muy fuertes,
así que lo lastimé sin querer. Después del susto, me encadenaron casi sin
poderme mover al rayo del sol. Dicen que van a tenerme en observación y que
soy ingrato. No entiendo nada de lo que pasa.

Mes 15:
Ya nada es igual... vivo en la azotea. Me siento Muy solo, mi familia ya no
me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed. Cuando llueve no
tengo techo que me cobije.

Mes 16:
Hoy me bajaron de la azotea. De seguro mi familia me perdonó y me puse tan
contento que daba saltos de gusto. Mi rabo parecía reguilete. Encima de eso
me van a llevar con ellos de paseo. Nos enfilamos hacia la carretera y de
repente se pararon. Abrieron la puerta y yo me bajé feliz creyendo que
haríamos nuestro "día de campo". No comprendo por qué cerraron la puerta y
se fueron. "¡Oigan, esperen!" Se... se olvidan de mí. Corrí detrás del coche
con todas mis fuerzas. Mi angustia crecía al darme cuenta, que casi me
desvanecía y ellos no se detenían: me habían olvidado.

Mes 17:
He tratado en vano de buscar el camino de regreso a casa. Me siento y estoy
perdido. En mi sendero hay gente de buen corazón que me ve con tristeza y me
da algo de comer. Yo les agradezco con mi mirada y desde el fondo con mi
alma. Yo quisiera que me adoptaran y seria leal como ninguno. Pero solo
dicen "pobre perrito", se ha de haber perdido.

Mes 18:
El otro día pasé por una escuela y vi a muchos niños y jóvenes como mis
"hermanitos". Me acerqué, y un grupo de ellos, riéndose, me lanzó una lluvia
de piedras "a ver quien tenia mejor puntería".Una de esas piedras me lastimó
el ojo y desde entonces ya no veo con él.

Mes 19:
Parece mentira, cuando estaba más bonito se compadecían más de mí. Ya estoy
muy flaco; mi aspecto ha cambiado. Perdí mi ojo y la gente más bien me saca
a escobazos cuando pretendo echarme en una pequeña sombra.

Mes 20:
Casi no puedo moverme. Hoy al tratar de cruzar la calle por donde pasan los
coches, uno me arrolló. Según yo estaba en un lugar seguro llamado
"cuneta", pero nunca olvidaré la mirada de satisfacción del conductor, que
hasta se ladeó con tal de centrarme. Ojalá me hubiera matado, pero solo me
dislocó la cadera. El dolor es terrible, mis patas traseras no me responden
y con dificultades me arrastré hacia un poco de hierba a ladera del camino.

Mes 21:
Tengo 10 días bajo el sol, la lluvia, el frío, sin comer. Ya no me puedo
mover. El dolor es insoportable. Me siento muy mal; quedé en un lugar húmedo
y parece que hasta mi pelo se está cayendo. Alguna gente pasa y ni me ve;
otras dicen: "No te acerques" Ya casi estoy inconsciente; pero alguna fuerza
extraña me hizo abrir los ojos. La dulzura de su voz me hizo reaccionar.
"Pobre perrito, mira como te han dejado", decía... junto a ella venía un
señor de bata blanca, empezó a tocarme y dijo: "Lo siento señora, pero este
perro ya no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir." A la gentil dama se
le salieron las lágrimas y asintió. Como pude, moví el rabo y la miré
agradeciéndole me ayudara a descansar. Solo sentí el piquete de la inyección
y me dormí para siempre pensando en por qué tuve que nacer si nadie me
quería..

Espero que la historia les haya gustado y corran a abrazar a su mascota...

ciao,everyone



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